sábado, 1 de diciembre de 2001

Nocturno

La música hermosa y la gente se quedan atrás
El auto frío envuelve mi cuerpo transportándolo
Voy en soledad
Y mi alma se eleva sobre el tráfico
Y las luces anaranjadas del boulevard
Por encima de sus árboles enormes
Titanes en la noche que despierta a un fin de semana más

Me muevo entre los autos y la gente
Y voy en soledad
Entre tantas personas que para mí son nada
Nada nada ¡nada!
Y nada serán jamás

Engullida por el parque en un recorrido común
Es la luz de la ciudad nocturna
Lo único que mantiene lejos de mí a la oscuridad

La Catedral me ve pasar
Mis ojos le devuelven la mirada y cortan las lágrimas
Ordenándole a mi alma regresar

Envuelta en dolor
Decido dar en el auto una vuelta más
Luces en la oscuridad, solitario boulevard
Sonrisa y ¡hola de nuevo, Catedral!
La música fue hermosa
La gente no es nada...
Así de breves son los momentos de felicidad
*

1999

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