Estuve 3 metros a la izquierda de la consola (pensé en pararme en el meritito centro por ortodoxia acústica, pero había algo de gente allí y supuse que, a esa escala, el estéreo perfecto tendria bastante margen de tolerancia) y al no tener gente pegada frente a mí que lo amortiguara, la sensación física del sonido cayendo sobre mí fue fantástica!
Los bajos fortísimos se sentían en el cuerpo, y todo lo demás estuvo perfectamente bien ajustado. Mis oídos simplemente disfrutaron de la música intensa pero bien medida. En ese aspecto, puedo decir que el recital fue perfecto.
Elise & yo, no muy guapas entre el sudor y el flashazo
Ah, el encore fue lo mejor. Después de tanto brincar, bailar y cantar, de pronto se apareció a mi lado un vaso de cerveza que sorprendentemente llevaba la mano de Elise pegada (o fue al revés?) y Elise y yo nos pusimos a brincar y a bailar juntas todo el encore hasta que la lluvia empezó a caer sobre nosotras.
Nos hemos dado una mojada terrible con el aguacero que cayó luego!
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