Lo conocí en la muy húmeda Regiolandia el pasado mes de spetiembre, junto con mi amiga Silvia, y escuché de sus labios la más vívida historia cure que alguna vez haya escuchado. En ese entonces creí que era tan inofensivo como Silvia -la Chivi Cure-, pero creo que no... ha resultado ser una criatura cáustica, un narrador de historias muy peculiar, poeedor de la extraña virtud de asquearme y matarme de risa al mismo tiempo con sus singulares ocurrencias.
Claro, no parece una descripción muy halagadora para mi buen amigo Boigen -quien no cesa de decirme 'mirreyna'-, pero él es un meticuloso observador del kitsch, que sin pelos en la lengua retrata los más aberrantes escenarios y las más absurdas situaciones que hacen de la sociedad un circo de tres pistas en tiempo real, así que supongo que no tendrá el descaro de ofenderse por ser descrito así.
¿Quieren ver lo que él mismo denominó su "mugrero"? Visiten bajo su riesgo: http://boigenfunk.blogspot.com
Yo prefiero dejarles esta imagen que le robé mientras visitábamos el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey y mirábamos una instalación consistente en tres proyecciones de fotografías de caballos de madera, que giraban en las paredes blancas de una habitación, mientras sonaba una típica música de carrusel en desafinada decadencia.
En realidad, la exposición de los caballos fue la única de las tres que se exhibían en el MArCo que no sólo no me pareció insulsa o desagradable, sino que me pareció suficientemente atractiva. El resto de lo expuesto en el Museo era una serie de objetos repulsivos en su necia pretensión de ser "arte.
No olvidaré mi decepción cuando, harta de ver estúpidos montajes de sucia factura y temas sórdidos, le pregunté al vigilante por la colección permanente y recibí como respuesta: "guardada, señorita".
¿Que quéeeeee??? ¿Guardada??? ¿Qué no es P-E-R-M-A-N-E-N-T-E???
Recibí la mirada de conmiseración del guardia y su explicación acerca de que la volverían a sacar cuando no hubiera otra cosa que exhibir (o sea, cuando no hubiera porquerías lo bastante pomposas como para ser mostradas en ese monumental edificio diseñado por Ricardo Legorreta, starchitect mexicano); entonces quizá tuviera yo la suerte de poder admirar algunas obras de artistas contemporáneos consagrados, adquiridas por el MArCo para ser parte de la colección "permanente" que NO permanece en exhibición.
"La última vez que la sacaron fue hace como nueve meses" añadió el guardia, como temiendo que empezara yo a echar espuma por la boca al suponer que la colección había sido guardada quizá ayer o la semana pasada.
Después de eso, me dediqué mejor a admirar el edificio en lo que llegaba la hora de reunirme con mis amigos David y Erick, al tiempo que les deseaba mentalmente buena suerte a Herr Boigen y a la Chivi Cure, quienes se habían marchado hacía más de una hora rumbo al aeropuerto de la ciudad de Monterrey -librándose así del decadente espectáculo de esta última exposición, afortunadamente temporal- para esperar a que aterrizara el avión que traía al señor Robert Smith y sus secuaces músicos a estas tierras.
Felizmente, ellos vieron llegar a Smith, a Gallup, a Bamonte, a O'Donell y a Cooper, y al otro día habríamos de asistir los tres al glorioso concierto que ofrecieron en la Arena Monterrey...
Así que, la Chivi Cure, Herr Boigen y yo, nos hicimos hermanos por haber compartido las mismas emociones durante casi tres horas de música cure en una noche de tibia lluvia interminable.
Después de eso, claro que no podría desoír el consejo que yo misma le pedí a Herr Boigen (y menos, cuando no dejo de leer las irreverentes narraciones de su adictivo "mugrero"), así que no me quedará de otra más que escribir todas las estupideces que se me ocurran.
Habrá sido ésto lo suficientemente estúpido? Empezó con una pregunta, y terminó con un recuerdo... started out in church and finished with Angelica...
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1 comentario:
"Meticuloso observador del kitsch"
Me gusta esa forma para definirlo :)
Nora Marisa
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