Populismo vs Democracia

La pregunta sigue siendo ¿cómo le haría Andrés Manuel López Obrador para regalar dinero no sólo a los defeños necesitados, sino a todo el país? ¿Acaso echaría a andar las prensas para imprimir billetes? Ya pasamos por ello.

¿De veras la gente no recuerda la época en que las cosas subían de precio diariamente? Yo sí me acuerdo que, cuando de niña iba al súper con mis papás, lo común era tomar los productos del extremo opuesto del anaquel donde un empleado los estaba reetiquetando, para así poder pagarlos al precio anterior -que ya no era tampoco el mismo de la semana previa-. Yo pensaba que eso era lo normal. Hasta que crecí supe que no era así, y supe que se debía a un problema inflacionario terrible ocasionado por un exceso de dinero circulante. El gobierno subía salarios y lo único que sucedía era que los miles de pesos que la gente ganaba no le alcanzaban para comprar nada porque todo valía millones.

Quiero que el señor López me explique cómo va a hacer para regalarle dinero a los ancianos, a los discapacitados, a las madres solteras, etc. ¿Quién va a pagar por ese dinero? ¿Tú? ¿Yo? ¿Con nuestros impuestos?? ¿O cómo?

Lamentablemente no se presentó a explicarlo en el mal llamado debate (que más bien fue una exposición con pedradas) perdiendo así cualquier buena disposición que pudiera haber tenido para con él. Alguien que está convencido de lo que dice no teme exponerlo y defenderlo; es sólo cuando alguien sabe que sus argumentos tienen fallas, que no quiere exponerse a que lo cuestionen. No se presentó, no quiso morirse en la raya, y pues... para mí eso ya fue todo en lo que a él respecta.

Fue la gota que para mí derramó el vaso.

Megalómano... me bastaba escuchar sus declaraciones en los noticiarios. Me decepcionó en especial que cuando sus achichincles fueron cachados con las manos en la masa no se deslindó de ellos ni se disculpó con el pueblo por haber elegido mal a su gabinete; en vez de abandonarlos a su suerte y que la justicia siguiera su curso (como espero que suceda con los hijos de Martita) el Peje se dedicó a decir que todo era un complot en su contra. De sus supuestos complots quedé harta.

De que se pusiera a mover gente para defenderlo, también quedé harta, y me llenaba de repulsión que cientos de personas hicieran molestos plantones en vez de hacer algo de mayor provecho con su tiempo. Eso es populismo, y eso es malo para México.

Entonces cuando veo a todo un sector de la población que lo adora como lo adora porque les "regala" cosas, no dejo de pensar en Chávez, un loquito que está llevando a Venezuela al hoyo y liderea bajo la guía de Fidel Castro ese "club de los apestados" al que ahora se unen Argentina, Bolivia y hasta Irán. Si el Peje fuera presidente ¿en cuál de los dos clubes nos inscribiría? Porque Latinoamérica en el último año se ha polarizado terriblemente y es una realidad crítica que no podemos ignorar.

Quienquiera que sea presidente de este país debe velar por los intereses de la gente asegurando los mejores negocios, aquellos que nos generen los mejores beneficios. Las enemigos de ayer son los amigos de hoy, y viceversa, pero tal parece que la larga relación amor-odio México-USA se ha vuelto el tema más tortuoso del momento al punto de paralizarnos. Hablar de nacionalismo en estos días (¡cómo se ha desvirtuado el término!) en México es como hablar de comunismo en China y socialismo en Rusia: tuvo su momento histórico, pero ya fue. En retrospectiva, puedo decir que lo mejor del nacionalismo en México fue la producción artística de la época; y lo peor ha sido que de ser una exaltación de los tan mentados logros de la revolución mexicana, ha pasado a ser el pretexto para mantenernos reacios al cambio y permitir que el resto del mundo se mueva hacia adelante mientras internamente seguimos con absurdas rencillas y torpes políticas.

Ya van varios defeños pejelagartistas que me dicen que porque vivo en Veracruz no tengo idea de las maravillas que ha hecho su gallo. Ha habido quien me ha dicho incluso con aire de superioridad que en mi ciudad jamás veré una obra tan excelsa como el famoso 2o. piso que "les" construyó AMLO... y me lo ha dicho con un orgullo casi infantil. Hay gente que se sube a la banqueta y se marea; soy urbanista y sé que esa obra no es de otro mundo ni es non-plus maravillosa: es grandota, que es otra cosa. Y son estas declaraciones las que paradójicamente prueban mi punto: no se trata de que mi ciudad o en cualquier otra del país se construya una obra así de grandota como el 2o. piso defeño, se trata de si mi ciudad o el resto del país NECESITA ese tipo de obras. Pero para muchos lo único que importa es lo que se ve, lo que brilla, lo grandote... cuando en realidad lo importante es la estructura portante para todo eso que "se ve". El populismo es así: "haz obras para que te recuerden; gasta en donde se vea" es una conseja ampliamente difundida entre los políticos, y es la quintaesencia del populismo.

Escucho al pueblo decir "por lo menos sé en qué se usa el dinero", y eso es populismo. "Sé que me pintaste la casa porque ahora se ve bonita; no me importa que al rato esté llena de humedad y con goteras, pero si gastas en impermeabilizar el techo, yo no puedo verlo desde abajo; es más, ni siquiera te creería que lo impermeabilizaste o que pudiera haber goteras en la próxima temporada de lluvias; entonces prefiero que me pintes la casa, así por lo menos sé en qué se usa el dinero, y cuando haya goteras me explicarás que la culpa es de la lluvia y me regalarás un bono para que compre cazuelas y las ponga en el piso" (cazuelas que SÍ se ven!)

ESO es populismo. Y eso es lo que este país ya no puede solventar. Ya no.

Cazuelas para las goteras en los techos de los adultos mayores... Goteras en el país...
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