jueves, 6 de agosto de 2009

Leyendo a un amigo, hoy, a más de un año de haber dejado mi casa, sentí nostalgia al dedicarme unos momentos a bucear en la revuelta laguna de las memorias del pasado.

Creo que no me molesta que esas aguas estén revueltas. No me interesa poner orden en mi baúl de recuerdos, donde una caracola rota y un espejo centelleante flotan junto a una perla azul; no me interesa saber si ese pálido peine se enreda en una cinta escarlata, ni si una risa infantil brilla más que el lucero que horadaba un cielo rosa de mi juventud. El lago que inunda mi baúl es inagotable, siempre cambiante, límpido cuando estoy tranquila, obscuro cuando estoy dolida.

No cabe duda de que la nostalgia es para quienes aman profundamente lo que han dejado ir. Sin embargo, yo creo q para vivir debe haber múltiples cambios y pequeñas muertes a lo largo de nuestra vida.