domingo, 31 de octubre de 2004

Si las mujeres gobernaran...


Si las mujeres gobernaran al mundo...
Si eso sucediera, no sería un chiste...
Para empezar, habría menos grises y más color en el mundo...
Sin embargo, mejor aun sería seguir los consejos del master Smith, y que no hubiera religiones -al menos por un día-, para que la humanidad tuviera entonces una oportunidad de comenzar de nuevo... y entonces sí, ¡las mujeres deberíamos gobernar!
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sábado, 30 de octubre de 2004

Preludio de un rito de flores

Caminando hoy por el centro de Xallapan, noté en el aire el aroma evocador de la melancólica dicha de la fiesta de los Muertos.

Ya es la época de celebrar este rito anual: es el tiempo de la remembranza.

Ido el verano, el otoño trae con el viento del norte a los Muertos... mis muertos. Pensé en ellos; dormidos en la muerte hace ya varios años, los abuelos viven en mi corazón.

En cada esquina se sentía el aroma picante de las flores de Cempoalxóchitl, y los manchones de amarillo intenso en los brazos de las personas que las llevaban -en atos recién comprados en el mercado- se veía por doquier.

Muertos muertos -largamente muertos-... mis queridos muertos. Flores les he de comprar.

Un ramo de cempoalxóchis, para invocar con su aroma el recuerdo... y una rosa amarilla como ofrenda de mi cariño. Un ramo, unas flores... una veladora -símbolo de la eterna vigilia- y mis pensamientos.

Ahora la casa se ha impregnado del empalagoso olor de los cempoalxóchis. Sólo me falta prender la veladora para completar con ello el olor sacro de un altar... y la bella rosa hoy abierta, sé que en dos días se habrá de marchitar... como se marchita toda vida, como se marchitan los recuerdos cuando los ritos no se realizan.

Muertos, mis muertos... no los he de olvidar. El ritual de cada día de Todos Santos los trae de nuevo a mí: los invita a vivir de nuevo en mi memoria. Ánimas benditas, colmen mis pensamientos con recuerdos, vengan de nuevo... háganme llorar. Y con mis lágrimas sellaré el pacto de no olvidar ¡porque los muertos realmente no mueren, mientras haya vivos que los recuerden!

Ya viene Todos Santos. Ya viene -entre flores amarillas- la fiesta de recordar.
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viernes, 29 de octubre de 2004

Las 11 reglas de oro de Bill Gates

Regla 1. La vida no es justa – acostúmbrate a eso.
Regla 2. Al mundo no le importa tu autoestima. El mundo espera que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.
Regla 3. No ganarás US$5,000 mensuales al terminar la escuela, ni serás vicepresidente con carro del año hasta que te lo ganes trabajando.
Regla 4. Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida.
Regla 5. Trabajar volteando hamburguesas no está más allá de tu dignidad. Tus abuelos llamaban de otra forma a ese tipo de trabajo — le llamaban oportunidad.
Regla 6. Si haces algo mal … no es culpa de tus padres, no endoses tus errores, aprende de ellos.
Regla 7. Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como lo son ahora. Se volvieron así por tener que pagar tus gastos, lavar tu ropa y tener que escuchar lo alivianado que crees que eres. Así que antes de salvar a las focas… ponte a limpiar tu cuarto.
Regla 8. Puede ser que en tu escuela no haya ganadores y perdedores, sólo triunfadores. En algunas escuelas han eliminado la palabra “reprobar” y te dan las oportunidades que necesitas para encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y para que tus tareas sean cada vez más fáciles. Esto no tiene ninguna semejanza con la vida real.
Regla 9. La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a encontrarte a ti mismo. Trata de “encontrarte” por tu cuenta y en tu tiempo libre.
Regla 10. La televisión NO es la vida real. En la vida real las personas dejan la cafetería y se van a trabajar.
Regla 11. Se amable con los nerds. Es muy posible que termines trabajando para uno.
Tips del master Gates para los jóvenes... y algunos adultos.
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El triunfo

Dices que debo perseguir el triunfo. Pero ¿qué es el triunfo en última instancia?
"Lo que más quieres", dijiste.

Y yo que estoy harta de mis triunfos en solitario, sólo quisiera tenerte a ti a mi lado -estoy enamorada de los días que son hoy, mañana no sé-.

Tú podrías ser mi triunfo.

Pero hay que tener cuidado con lo que se desea, porque se nos podría conceder...

Extraño-amor, me acompañarás en mi camino, pero dices que te harás a un lado si te lo pido. Extraño-amor, sólo quiero amarte sin poner obstáculos entre tú y yo.

Me doy cuenta ahora de que los obstáculos naturales se pueden salvar con determinación, pero los que uno mismo se autoimpone son infranqueables. Ahora tendré que ir yo misma a quitármelos del camino.

Eso haré, extraño-amor... sé que sólo necesito un poco de luz para verlos -y aunque no me atreví a pedírtela, tú te iluminaste y ahora llevo conmigo tu resplandor-.
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jueves, 28 de octubre de 2004

Sombra escarlata

Si el color de la sombra de la Tierra es el de todos los atardeceres, escarlata y naranja es.

Un manto sombrío cubrió el albo rostro de la Luna esta noche. Un manto teñido del color de la sangre seca vino y se fue, revelando a su paso el volumen de la Luna -esférica-, no la deslumbrante luminaria plana que suele ser.

Debería usarse el nombre "rojo eclipse lunar" para denominar a esa gama de colores tan rica, tan profunda y evocadora de sentimientos básicos y primitivos.

La Luna, que mueve a las mareas -de sangre y de sal-, se tiñe de un rojo denso en noches como la de hoy, y los que la vemos desde la superficie de la Tierra a oscuras no podemos más que admirarla y abrir ante ella los ojos y el corazón.

Después de haber visto menguar la blanca luz lunar y de nuevo crecer, con el recuerdo de esa transparencia como de acuarela escarlata fijo en mi corazón, cerraré los ojos y, con estos pensamientos de claroscuros celestes, dormiré, sabiendo que soñaré sueños de sangre que, al despertar, no recordaré.
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martes, 26 de octubre de 2004

Wer ist da Herr Boigen?

Sí, quién es ése Herr Era? Pues es un misterio, después de todo...

Lo conocí en la muy húmeda Regiolandia el pasado mes de spetiembre, junto con mi amiga Silvia, y escuché de sus labios la más vívida historia cure que alguna vez haya escuchado. En ese entonces creí que era tan inofensivo como Silvia -la Chivi Cure-, pero creo que no... ha resultado ser una criatura cáustica, un narrador de historias muy peculiar, poeedor de la extraña virtud de asquearme y matarme de risa al mismo tiempo con sus singulares ocurrencias.

Claro, no parece una descripción muy halagadora para mi buen amigo Boigen -quien no cesa de decirme 'mirreyna'-, pero él es un meticuloso observador del kitsch, que sin pelos en la lengua retrata los más aberrantes escenarios y las más absurdas situaciones que hacen de la sociedad un circo de tres pistas en tiempo real, así que supongo que no tendrá el descaro de ofenderse por ser descrito así.

¿Quieren ver lo que él mismo denominó su "mugrero"? Visiten bajo su riesgo: http://boigenfunk.blogspot.com

Yo prefiero dejarles esta imagen que le robé mientras visitábamos el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey y mirábamos una instalación consistente en tres proyecciones de fotografías de caballos de madera, que giraban en las paredes blancas de una habitación, mientras sonaba una típica música de carrusel en desafinada decadencia.

En realidad, la exposición de los caballos fue la única de las tres que se exhibían en el MArCo que no sólo no me pareció insulsa o desagradable, sino que me pareció suficientemente atractiva. El resto de lo expuesto en el Museo era una serie de objetos repulsivos en su necia pretensión de ser "arte.

No olvidaré mi decepción cuando, harta de ver estúpidos montajes de sucia factura y temas sórdidos, le pregunté al vigilante por la colección permanente y recibí como respuesta: "guardada, señorita".

¿Que quéeeeee??? ¿Guardada??? ¿Qué no es P-E-R-M-A-N-E-N-T-E???

Recibí la mirada de conmiseración del guardia y su explicación acerca de que la volverían a sacar cuando no hubiera otra cosa que exhibir (o sea, cuando no hubiera porquerías lo bastante pomposas como para ser mostradas en ese monumental edificio diseñado por Ricardo Legorreta, starchitect mexicano); entonces quizá tuviera yo la suerte de poder admirar algunas obras de artistas contemporáneos consagrados, adquiridas por el MArCo para ser parte de la colección "permanente" que NO permanece en exhibición.

"La última vez que la sacaron fue hace como nueve meses" añadió el guardia, como temiendo que empezara yo a echar espuma por la boca al suponer que la colección había sido guardada quizá ayer o la semana pasada.

Después de eso, me dediqué mejor a admirar el edificio en lo que llegaba la hora de reunirme con mis amigos David y Erick, al tiempo que les deseaba mentalmente buena suerte a Herr Boigen y a la Chivi Cure, quienes se habían marchado hacía más de una hora rumbo al aeropuerto de la ciudad de Monterrey -librándose así del decadente espectáculo de esta última exposición, afortunadamente temporal- para esperar a que aterrizara el avión que traía al señor Robert Smith y sus secuaces músicos a estas tierras.

Felizmente, ellos vieron llegar a Smith, a Gallup, a Bamonte, a O'Donell y a Cooper, y al otro día habríamos de asistir los tres al glorioso concierto que ofrecieron en la Arena Monterrey...

Así que, la Chivi Cure, Herr Boigen y yo, nos hicimos hermanos por haber compartido las mismas emociones durante casi tres horas de música cure en una noche de tibia lluvia interminable.

Después de eso, claro que no podría desoír el consejo que yo misma le pedí a Herr Boigen (y menos, cuando no dejo de leer las irreverentes narraciones de su adictivo "mugrero"), así que no me quedará de otra más que escribir todas las estupideces que se me ocurran.

Habrá sido ésto lo suficientemente estúpido? Empezó con una pregunta, y terminó con un recuerdo... started out in church and finished with Angelica...
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lunes, 25 de octubre de 2004

Siguiendo un consejo

Según Herr Boigen, mi literato amigo Adrián Herr Era -que aun es-, la mejor solución para acabar con el miedo a la página en blanco es escribir "cualquier estupidez" que a uno se le ocurra, cambiando incluso el ambiente en que se escribe.

Cambiar de ambiente va a estar complicado para mí, pues me he vuelto dependiente de mi "chompu" -mi linda y boba laptop-, la cual yace sobre mi escritorio, muy cerca de mi cama, desde donde es la inanimada compañera de mis ratos a solas. Las hojas de papel son para mí mejores receptáculos para las rayas de mis dibujos insulsos, que para mis palabras, y por eso mis portaminas de medio milímetro y mis puntos de aguja de gel negro rara vez escriben. Quizá deba obligarme a tomar notas en mi agenda con más frecuencia.

Sin embargo, en cuanto a las estupideces, no creo quedarme sin materia prima para plasmar por escrito. Las estupideces que la mente humana es capaz de generar son, sorprendentemente, ilimitadas.

Albert Einstein, genio sin inigual, decía que "si una idea no es absurda de inicio, entonces no tiene futuro". Trataré de tenerlo siempre presente (no sé si como aliciente o como pretexto).

Supongo que este blog empezará a convertirse en algo extraño, con contenidos variables, y quizá tenga que disculparme algún día por hacerle perder el tiempo a algún incauto lector que se llegue a asomar aquí.

¿Por qué he de ser siempre tan exigente? Ahora mismo estoy pensando si esta estupidez será lo suficientemente estúpida como para ser escrita... ah, pero claro, si no fuera así, no sería realmente yo. Evidentemente, el objetivo del ejercicio es aprender a ser indiscriminado y no decidir a priori qué debe escribirse y qué no.

Deberé esforzarme más -recordando aquello de never enough- para hacer de escribir un hábito, pues creo que eso me hará una persona más feliz. Siquiera debería considerar que esto puede ser terapéutico y beneficiososo para la salud (como bajar de peso y hacer ejercicio... yeah, whatever).

Como sea, cada vez me siento más desesperada porque siento que traigo atravesada -por demasiado tiempo ya- la historia de un Ángel aun más desesperado, y sé que ponerla por escrito es la única manera de poder exorcisarla de mi mente.

Ah, come hell! Hell or high water...
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domingo, 24 de octubre de 2004

Escena 01 ('El Ángel')

Abrí los ojos al sentir que el libro resbalaba de mi mano y me sobresalté. Mis sueños aun se movían ante mis ojos abiertos pero no pude apresarlos y se disolvieron como si nunca los hubiera soñado. Otra vez eran recuerdos. Los recuerdos de algo inmenso y amorfo que me hacía pensar en una gran ciudad abandonada. Cada vez el sueño me parecía más natural.

Poco a poco el mundo a mi alrededor se hizo palpable al desaparecer el sueño y me reconocí sentada en la ventana mirando hacia el patio que se iba inundado de sombras. La noche se aproximaba y sentía a la vida diurna retraerse ante la oscuridad mientras otras criaturas se despertaban.

El jardín vibraba al aproximarse el momento justo en que la luz y la oscuridad parecen intercambiar poderes; es un momento preciso de balance y no dura más que un instante. Los seres vivos parecen hacer eco de esa vibración. Pasado ese momento, la noche empezó a adueñarse del jardín; las estrellas empezaron a brillar por encima de los altos muros y el aire empezó a refrescar.

El jardín me atraía en su oscura quietud y bajé para pasear por él. Grillos y ranas habían empezado su concierto nocturno y penetré en la oscuridad bajo los árboles cargados de fruta. El perfume me envolvió. El aroma de las plantas al enfriarse lentamente y su constante lucha por retener la humedad se percibía como un manto invisible sobre cada hoja y cada tallo. Las baldosas aun tibias estaban polvorientas, y la piedra, cansada del sol, parecía agradecer la obscuridad, que es su verdadera naturaleza.

Me detuve y cerré los ojos. Así, el jardín era justo como lo veían los frailes. Abrí los ojos y vi lo que ellos no podían ver: los espíritus pulsantes dentro de cada cosa viva que había en el jardín. Y aun más: vi al espíritu descarnado que habitaba en el agua de la fuente central. Era un dulce espíritu femenino, muy débil y delicado que, aferrado al agua, resplandecía con la luz fría de las estrellas. Un espíritu tan pequeño no tiene consciencia del mundo material más allá del elemento que lo atrae y, aunque la podía ver y sentir, la pequeña nereida no sabía que estaba yo allí y soñaba sus sueños acuáticos en silencioso abandono. Me acerqué al brocal y la miré. Era tan inocente que añoré el tiempo en que el mundo material, que ahora me rodeaba penetrándome, no era más que un reflejo que colmaba mis sueños y me encandilaba con sus olores. Ahora el peso del tiempo y de la materia me parecía a veces insoportable.

Hundí mis manos en el agua y la pequeña nereida,se enroscó en mis dedos reconociéndome al entrar yo en su elemento. La acaricié y dejé que me acariciara. Mis manos sentían la fresca humedad del agua, pero pronto esa sensación pasó a segundo plano conforme mi espíritu y el de la pequeña nereida se entrelazaban compartiendo algunos sueños. La fuente dejó de existir para mí y el éxtasis me subió hasta los labios. Mi nuevo cuerpo me traicionó y con un suspiro se me escaparon un par de lágrimas que la nereida apresó golosamente al caer en la fuente.

Cómo me arrepentí de haberme permitido esa debilidad, porque la nereida retrocedió aterrorizada al percibir el contenido de mis lágrimas. Yo también pude verlo como si fuera una sombra: el eco de un espíritu descarnado convertido en materia. Era una abominación y la nereida así lo percibió. La inocente criatura no sabía qué era el aterrorizante contenido de mis lágrimas, y ojalá lo hubiera sabido yo. Supuse que era una parte de mis más amargos pensamientos y supe que no podría volver a compartir con un espíritu que no conoce el mundo material sin correr el riesgo de lastimarlo.

Retiré mis manos del agua y me humedecí el rostro con ellas. No podía detener mi llanto y me aparté para que la nereida no sintiera la proximidad del agua de mis lágrimas y su nefasto contenido. Dándole bruscamente la espalda a la fuente extendí mis alas y me envolví con ellas como si con ello pudiera ocultarme de las estrellas, que me parecían mudos testigos de mi humillación. Entonces sentí sobre mí una mirada y, levantando la vista, encontré los ojos del invocador que me miraba en silencio desde la obscuridad del corredor.
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Algún día habré de urdir completa la historia hasta concluirla...

viernes, 22 de octubre de 2004

La cualidad "dark" de lo prehispánico

Independientemente de la profunda fascinación científica que ejercen en mí las culturas mesoamericanas, la observación de sus vestigios me produce invariablemente una cierta sensación que yo coloco junto con mis más profundos sentimientos dark.

Dark es un término de nuestros tiempos, asociado con frecuencia al llamado movimiento goth (en nuestro país ambos términos suelen ser indistintos). Sin embargo, yo con dark me refiero simplemente a la cualidad de ciertos sentimientos originados en la más pura melancolía.

Está por demás aclarar que las culturas mesoamericanas no tienen nada que ver en lo absoluto con el romaticismo de fin de siecle XIX europeo, y mucho menos con el movimiento goth de finales del siglo XX, ni con la darketería contemporánea, residuo y eco del mencionado movimiento goth que ha adquirido hoy la categoría de subcultura. De hecho, la sola idea de revolverlo me parece obscena.

Sin embargo, dark es un buen término. Se refiere a un sentimiento: por eso para mí lo prehispánico es dark. De hecho, creo que hay que ser un poco (o un mucho) romántico para dedicarse a la arqueología (¡¡o a la restauración!!)

Ya decía Victor Hugo que la melancolía consiste en deleitarse en la tristeza.

La cualidad dark de lo prehispánico para mí se resume en la profunda melancolía que implica la inconmensurable pérdida de las culturas mesoamericanas. Es una belleza extraña para mí.

Mi percepción de la pérdida irreparable de las preciosas civilizaciones apela al lado más obscuro de mi sensibilidad, por la profunda sensación que me produce en el alma y lo mórbido que es, a su manera, el contemplar los despojos de una belleza y una grandeza perdidas.

Supongo que es absurdo, pero cuando visito un sitio prehispánico, siempre llega un momento en el cual quisiera llorar...

Me gusta pararme en medio de una plaza prehispánica a mirar las solitarias piedras bajo el sol insensible, pensando en todos aquellos desconocidos olvidados que alguna vez erigieron todos esos edificios ahora desnudos de sus revestimientos y colores... muertos, porque los edificios mueren cuando nadie los vive... e invariablemente, al mirar en mi corazón, siento una profunda pena, la sensación apremiante de estar a punto de hacer contacto con un pasado extraviado en la noche de los siglos, como si los espacios vacíos, los edificios áridos y las inscripciones pudieran narrar sus historias perdidas (estériles porque ya no hay quien las cuente).

La sensación de penetrar y recorrer un espacio olvidado, donde miles vivieron, trabajaron y murieron hace mucho tiempo, engullidos en la obscuridad y arrebatados para siempre del recuerdo colectivo, conlleva siempre un terrible sentimiento de pérdida, una melancolía obstinada que me lleva al escalofrío y alimenta mi fascinación académica.

Ahhhh... en estos momentos no puedo sacarme de la mente a la bella ciudad de Tajín, que en estos instantes debe dormir su sueño de muerte bajo la pálida luz de las estrellas...

Pero yo debo volver a mi mundo y dejar a Tajín y a los muertos en la santidad del olvido -out of mind- pues allí, bajo la sutil pena de las piedras -que ya no piden consuelo-, hay un imaginario universo dark.
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lunes, 11 de octubre de 2004

Avecentura

A veces no sé qué decirte... a veces quisiera decirte muchas cosas, pero francamente no sabría ni por dónde empezar...
A veces quisiera escaparme contigo... a veces quisiera volar...
A veces me preocupo... a veces mejor no pienso... a veces realmente me asusto... a veces tan sólo siento...
Lo cierto es que cada vez me da más miedo poner por escrito mis pensamientos... me da la impresión de que eventualmente se van a volver en mi contra, pues las palabras, una vez escritas, pesan... me da la impresión de que van a acusarme de enamorarme un día y que van a forzarme a mirar de frente a las circunstancias.
Si hoy no puedo besarte, te dedicaré mis pensamientos... si hoy no puedo abrazarte, te dedicaré estas palabras... y si hoy no puedo tenerte, correré el riesgo de soñarte, de decírtelo aquí y dejar que las palabras viajen hacia ti y que sean evidencia de mi locura.
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domingo, 10 de octubre de 2004

Aventura

"Creí que era una aventura y en realidad era la vida"
Joseph Conrad.

"No hay nada más exquisito que esperar una aventura
y nada que serene tanto como vivirla"
León Uris
And I wonder... would I dare THIS?
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domingo, 3 de octubre de 2004

So fucked and high!

You whispered dreams that could all come true...
We were so in love!
Up next to you, so fucked and high (...)
Robert Smith, "Before Three"

ANTES DE LAS TRES
El día más feliz que haya conocido / En un mar de oro ahí junto a ti / Tan borrosos y cansados bajo el sol veraniego / Me murmuraste sueños de un mundo por venir... / Estábamos tan enamorados / En este mar de oro tan jóvenes y cansados / Bajo el sol veraniego firme a tu lado /Murmurando sueños ahí junto a ti... / Estábamos tan enamorados / El día más feliz / Sí, el día más feliz que haya conocido / Sólo sol veraniego y mar de oro / En este día perfecto, oh, hace tanto tiempo / Murmurando sueños tan borrosos y cansados / Debemos mantener este día vivo... / Sueños murmurados tan jóvenes y cansados / Es difícil conservar este día adentro / Y la noche más feliz que haya tenido / Allí junto a ti sobre arena plateada / Tan asustados y viajados bajo la luna invernal / Me murmuraste sueños que podrían haberse hecho realidad... / Estábamos tan enamorados / Allí junto a tí tan revolcados y viajados / Bajo la luna invernal eso me hizo llorar / Murmurando sueños sobre arena plateada... / Estábamos tan enamorados / La noche más feliz / Sí, ¡la noche más feliz que haya tenido! / Sólo luna invernal y arena plateada / Esta noche perfecta en otras tierras / Murmurando sueños tan asustados y viajados / Debemos mantener esta noche viva / Sueños murmurados tan revolcados y viajados / Es difícil conservar esta noche adentro / Sí, y cada sol del verano de nuevo quiero / Y cada luna del invierno lo mismo quiero / Mi día más feliz y mi noche más feliz / Siempre junto a ti... / Y conservada profundamente adentro... / Eso me mantiene vivo...
"Before Three" (Robert Smith, 2004, álbum "The Cure")
¡¡SÍ!!
Tan orgasmeados y pachecos...
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