domingo, 8 de octubre de 2006

Quinceañera

Qué tortura. Asistí anoche a unos quince años.

Tuve que vestirme de largo... y la quinceañera no bailó un vals con sus chambelanes, sino una canción romántica en inglés (adiós "anticuado" vals); luego bailó tiernamente con su papá Bonita, escogida por el señor, lo cual sí me pareció muy dulce; pero luego... horror de horrores! Bailó una "coreografía" para la cual se cambió su tradicional vestido quinceañero por un atuendo de pelandrina de barriada gringa!!! Ay no, el espectáculo daba pena... bueno, pena ajena (la mía), porque ella se veía tan contenta y sus papás igual, mientras que yo me esforzaba por disimular el horror que me producía ver a la niña -vestida con pantalones de camouflage, chamarra deportiva y gorra con la visera para atrás- bailando un jipjop que a mí me pareció casi casi reguetón<--(fuck the spelling)

¿Por qué diablos ahora está de moda que las quinceañeras den tan lamentables espectáculos? La niña es linda, sus papás y el resto de la familia también! Buena chica, familia correcta... pero sucumbir a las modas de los organizadores de eventos que evidentemente carecen del más básico sentido de buen gusto es realmente triste y hiere mi delicado sentido de la estética.

Oh, hell! Para terminar de fastidiar mi noche, la luz y zumbido que contrataron arrancó con un alarido desgarrador que supusimos sería el estertor de muerte de "Carmina La Burana", dado que una ríspida e hiper aguda grabación del O Fortuna de los carmina burana de Orff fue lo siguiente que se escuchó, a modo de intro "súper cool", y para gran dolor de mis tímpanos. La verdad es que no aguanté ni dos minutos: saqué un klínex y le corté un par de trocitos para hacerme unos tapones que protegieran mis oídos de esos agudos metálicos tan espantosos. No podía creer que hubiera gente adulta que ni se inmutó, y que los chamacos se pusieran a bailar como si aquello fuera de algún modo disfrutable!

Afortunadamente, la silla chafa en la que estaba sentada colapsó después de media noche, por lo que vi pasar el borde de la mesa a mi lado antes de caer con mi abullonada humanidad al piso y sentir un terrible rebote subir por mi columna vertebral. Maldita sea. No me lastimé realmente, pero tuve conciencia de la existencia de mi cóccix -lo cual nunca es bueno-, sin embargo, el incidente me dio el pretexto a mí y a mis papás de retirarnos temprano del lugar y resguardar así nuestros oídos. O Fortuna!

Claro, en el camino de vuelta a casa descubrí que me dolían los músculos del cuello y la espalda; y hoy desperté como envarada. Ingrata gravedad... y pinche silla! Pero mis oídos están a salvo y listos para el próximo buen concierto de rock que haya en cartelera.

Mientras tanto, el recuerdo del alarido de la pobre Carmina (o sería Camelia?) aun me atormenta mientras trato de imaginar cuál podría ser una correcta reinterpretación de la tradición quinceañera que, sin caer en anacronismos, reflejara fielmente nuestra cultura y permitiera hacer lucir realmente a una jovencita como algo exquisito y encantador.

Es algo que debería poderse lograr, sólo que el desarraigo cultural que vivimos actualmente es tan grave que alaridos como los de Camelia (o sería Carmina?) resuenan como fiel eco del ahora hueco rito, por lo que tal parece que no hay mucho más que hacer, aparte de comer el "ave en salsa de pimiento" -léase pollo- y llevar tapones para los oídos, recordando con nostalgia que "Dios nunca muere" y... "Sobre las olas".
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

JAJAJA mi estimada Gaby ...
Sufrimos del mismo mal...!

Somos un par de treintañeras quejumbrosas y rebeldes...

Fuck off con las bodas y XV años!!!! jajajaajajajajjjajaa

Herr Boigen dijo...

jajajajajajajajaja

al diablos los XV AÑOS

parece que ahora las chamacas quieren emular a paulina rubio o cualesquiera puta que esté de moda aunque sea cinco minutos en su vida

ser artistas de hollywood

en ese caso, que hagan el numerito ese de madonna donde se besó con la britney ajjajajaa

Anónimo dijo...

me paso lo mismo hace como dos meses en unos XV años, la quinceañera tenia un poco mas de gracia que un elefante bailando ballet.
Yo no me cai de la silla, pero si me voy a ir para atras cuando dentro de aproximadamente 13 años mi hija me pida una fiesta de XV años, claro que no he de negarle nada que pueda proporcionarle, pero por si mi fuera que se vaya de viaje a donde quiera