viernes, 29 de diciembre de 2006

Mensaje navideño

Como cada año, fui atrapada por el apremio navideño y no me había conectado desde la semana pasada, así que algunos posteos sin publicar seguirán así hasta actualizar esto (el año que entra yo creo).

Para colmo se le acabó el crédito a mi celular por ahi del viernes; tuve que salir a hacer compras de último minuto para la cena; ya a las setecientasmil compré crédito; luego en la tarde del 24 se le acabó la batería en medio de una amena conversación kilométrica de larga distancia mientras horneaba galletas... al rato la prisa por terminar de cocinar con mi mamá, la llegada de los comensales, la cena, las iguanas... etcétera. Apenas el martes me acordé de cargar mi celular de tan bien que me la pasé y finalmente me metí a internet hace un par de días para actualizarme e instalar el regalo de navidad que me dio mi hermano: un teléfono USB para mi computadora (¡haaáblenmeeeee!)

Cada Navidad me la paso maravillosamente con mi familia y quisiera que todo mundo pudiera tener también momentos familiares de calidad. Es una bendición tener a mis padres buenos y sanos, y poder hacerme niña de nuevo junto con mis hermanos por una noche y un día.

A continuación parafraseo públicamente mi mensaje navideño de este año:
Oh Señor nuestro,
¡qué glorioso es tu nombre por toda la Tierra!...

Al ver tu cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que fijaste tú,
¿qué es el hombre para que de él te acuerdes,
el hijo de Adán para que de él cuides?

Apenas inferior a un dios lo hiciste,
coronándole de gloria y de esplendor;
le hiciste señor de la obra de tus manos,
todo fue puesto por ti bajo sus pies:

Ovejas y bueyes, todos juntos,
y aun las bestias del campo,
y las aves del cielo, y los peces del mar
que surcan las sendas de las aguas...

(Salmo 8)
¡Qué pequeño es el hombre, y aun así Dios se acuerda de nosotros! A veces pensamos que no es así, pero incluso un día se hizo hombre entre nosotros: ese es el motivo de esta celebración.

Reflexionando sobre la vida y el mundo, yo le sigo pidiendo al Señor que nos haga justos, para que recibamos su justicia; pues si hemos sido justos, nos lo ha retribuido y nos ha colmado de bendiciones.
Un año más.
*

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