viernes, 17 de febrero de 2006

Un beso en la conciencia

Otra vez soñé con él. ¡Qué trampas le pone a uno el subconsciente!

Otra vez era una fiesta familiar y había más gente, pero ahora era mi casa y no la suya. No debería soñar con él. El pecado de un beso dado no debería perseguirme en mis sueños.

Damn! Somebody'd died for this, y no debí besarte!

Para empezar no debí ponerme a volar mientras tú en tierra me veías y aguardabas, callado, lejano... En un momento nos quedamos solos y lo pediste... No, debí decir no, pero what the hell, i wanted too así que te besé.

Se hizo tarde; era hora de buscar el refugio de unos brazos confortables. Me retiré y me acompañaste callado, escaleras abajo, hasta la puerta. La profanación estaba hecha ¿por qué no besarte de nuevo? Te besé con ganas. Y con culpa.

Me fui. Aun volaba.

Dos noches después nos vimos en un lugar público y fingimos que no pasó nada.

Tres días después pensé en lo mucho que te aprecio y en que me remordía un poco la conciencia. Tú dijiste que no tenías conciencia.

Pensé que después de todo yo tampoco, que podía vivir con ello (¡y realmente puedo hacerlo!) Pensé que podía archivar tus labios y tu cabello despeinado en mi recuerdo y olvidarte al mismo tiempo... y me sentí tranquila.

Pero anoche volví a soñar contigo. ¡Qué trampas me pone el subconsciente!

Otra vez era una fiesta y había más gente, mucha gente, habitaciones inquietantes y peligro. La primera vez que te soñé estábamos en tu casa, con tu familia; esta vez era mi casa y mi familia. Amigos comunes. Situaciones extrañas. Vueltas y vueltas a la casa, personajes ajenos y un cariño pulsante por ti me perseguía.

Demonios! Alguien puede morir por esto... y no debí besarte!

Pero el hubiera no existe, y en los círculos trazados durante esa superproducción onírica, donde atravesábamos habitaciones y la gente reía y reía -donde la muerte y el peligro acechaban-, tu mirada me seguía y callado me observabas, de la misma manera en que aquella tarde me mirabas mientras yo volaba y tú aguardabas... aguardabas.

Un beso. ¿Era eso?
*

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