jueves, 15 de junio de 2006

Cuando tengas ganas de morirte...

No deja de ser una sacudida leer el llamado desesperado de un amigo que confiesa haber tratado de suicidarse por segunda vez.

Evidentemente ya no se suicidó y lo que necesita es un poco de apoyo y quizá la confirmación de que es querido. Le reiteré mi amistad, pero duele no poder ayudar realmente a alguien que, no conforme con los golpes de la vida, insiste en autoflagelarse.

Se me encogió el corazón.

Coincidentemente, hace unos cuantos días leía un artículo sobre Jaime Sabines -maestro de maestros-, donde se incluía uno de mis poemas favoritos, un pequeño poema que es un verdadero canto a la vida, no obstante sus demoledores versos finales:

Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer
y verás qué hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás.

Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete
y ya.

El poema estaba fresco en mi mente y ahora no deja de reverberar insistentemente en mis pensamientos... cuando tengas ganas de morirte... cuando tengas ganas...
*

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