miércoles, 19 de julio de 2006

Epístola a un abogado

Mi estimado:

He leído tu carta y me decepciona grandemente que siendo abogado te niegues a reconocer que Andrés López no retuerce la Ley sino que pretende pasar por encima.

Pero ante todo me impresiona que justifiques sus declaraciones malintencionadas, y su manera de solapar la violencia y de sembrar el odio. Al final lo que va a lograr es que una parte de la población de este país esté convencida de que México es un infierno y que hay que desconfiar de los demás mexicanos.

Su doble estándar me desconcierta. Acusa y critica lo mismo que él hace. Y él es peor.

Por favor ¡¡tú eres abogado!!! Tú sabes que para hacer trastadas hay que ser más inteligente que eso: hay que apegarse a la Ley! Hay que retorcerla inteligentemente, ser un buen estratega, planear... y solo entonces asestar el golpe.

Y el Peje es tan burdo que se le olvida que vivimos en un estado de derecho.

La verdad es que ya entró en una barrera plana de descrédito y solo sus seguidores creen que todavía vuela alto. Ese hombre ya perdió su oportunidad de tocar el cielo: si se hubiera retirado con dignidad, estos 6 años podría haberse vuelto una presión social y política sólida (no los desmadritos que está organizando) para presionar al gobierno panista a hacer las cosas bien. Si el gobierno panista es tan malo como dice, en 6 años no estaría chiquiteando 250 mil votos, sino que se estaría llevando a todo el país consigo, no solo a los pobres, sino a la clase media. Pero se avorazó... y perdió su oportunidad: mostró el cobre y yo ya NUNCA voy a confiar en él porque solo me ha demostrado que carece de escrúpulos y juega sucio. Nunca explicó como pensaba cambiar a México, pero por sus actos lo he conocido y no espero nada bueno de él.

La forma en que se ha exhibido en estos últimos días, revelando su verdadera naturaleza, ha sido para mí la gota que derramó el vaso y es lo que me hará oponérmele toda mi vida. No hay vuelta atrás para mí. Todos somos como somos y no cambiamos: y evidentemente él es una mala persona.

Para sus seguidores pensantes y honestos ya llegará la desilusión. Vaticino que pronto sufrirán su traición... aunque claro, imagino que muchos hallarán la forma de justificar incluso eso.

Amigo mío, realmente lamento que entre tú y yo no vaya a haber jamás concenso en este tema ni siquiera de fondo, pero así es esto.

Puedo vivir con los insultos del Peje. Puedo vivir con la necedad de algunos de mis compatriotas. Puedo aguantar y ser paciente a pesar de mis lágrimas de rabia y decepción... la democracia es a veces un ejercicio ingrato.
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