lunes, 17 de julio de 2006

Lección de fitness

Este domingo le añado a mi libro de experiencias dark el haber visto de cerca un concurso de fisicoculturismo.

Una de mis mejores amigas practica fitness desde hace años y en esa categoría se presentó este domingo en el concurso local anual de fisicoculturismo.

Mi presencia en el evento incluyó ayudarla tras bambalinas. Así, con mucho cuidado apliqué sobre cada centímetro de la piel de su cuerpo la crema especial para darle un bonito color y brillito.

Mi amiga tiene un cuerpazo precioso y mis manos constataron que todo está bien puesto en su lugar... guau! Lo que hace la disciplina!

Yo como soy una vaga no me quejo, pero sí reconozco el mérito de su bonito cuerpo y el trabajo detrás de ello, pues -a diferencia del fisicoculturismo- el fitness favorece las figuras proporcionadas y bien balanceadas.

Hay tres cambios de atuendo (traje de baño completo, dos piezas negro y dos piezas de color) y le ayudé con todos los ajustes y los retoques. Después de que quedó lista para la última salida me senté con el público para verla y echarle porras.

Mientras la miraba no pude dejar de pensar que yo no podría hacer eso de dejarme ver así de indiscriminadamente aunque tuviera un cuerpo tan impresionante como el de ella. La verdad es que mi exhibicionismo no da para tanto.

Me gusta llamar la atención, pero nunca me pondría en una situación tan vulnerable. "Perfil derecho... perfil izquierdo... totalmente de espaldas... de frente..." Aplausos y chiflidos todo el tiempo... qué onda?

Experiencia novedosa. Diferente.

Al final, mi amiga ganó el segundo lugar.

¡Nomás porque es mi super amiga! Y porque hay que ver de todo en esta vida... pero definitivamente, si no fuera suficiente el hecho de que el ambiente general hirió mi delicado sentido de la estética, el espectáculo en sí mismo no fue de mi agrado.

Después de ella se presentaron a concurso otras categorías; entonces pude ver a los hombres fisicoculturistas. Además de varias exageraciones nada agradables para mis sentidos, cuando los concursantes hacen poses libres, se enciman los unos con los otros para que los jueces los comparen! La verdad ese juego donde cada individuo trata de demostrar que es el macho más atractivo del lugar lo veo todos los días en Animal Planet.

Como ya estaba allí, traté de concentrarme en el tema y seguir la dinámica del concurso, pero después de un rato me sentí como si estuviera mirando ganado.

Si tras bambalinas me sentí un poco incómoda con tanto hombre con poca ropa alrededor, creo que más incómoda me sentí después, mientras miraba a los concursantes de la misma manera en que he visto bailar a un stripper: de pronto me olvidé que eran personas y se volvieron objetos ante mis ojos.

Es cierto que sí vi a varios muchachos musculosos con cuerpos bien proporcionados, pero también vi a algunos realmente grotescos. Al final, mirando a los finalistas de cada categoría competir por el título máximo, los observé y puse en palabras lo que mi instinto me gritó todo el tiempo:

De todos esos machos de concurso, ninguno me parecía lo suficientemente atractivo como para llevármelo a la cama.

Me quedo con mis gustos simples. Me gustan los hombres que saben acompañar sus músculos con un poco de grasita, y los hombres que saben cómo usar a la perfección algunos músculos importantes: los de una franca sonrisa.
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